Ser pastor es tremendamente difícil, al menos ser uno honrado y con una verdadera vocación de servicio.
(a los demás sinverguenzas y politiqueros dejémoslos de lado por esta vez y enfoquémonos en los de verdad, que aunque cada vez hay menos, no obstante los hay de todas formas)
Piensa, en cualquier otro trabajo tú haces tú pega y se te paga en conformidad y puntualmente, haces horas extras se te paga en conformidad también. Por ejemplo, ayer fui a un otorrino laringologo de la clínica Dávila quien se tomó tan solo cinco minutos en atenderme y cobro más de 36 mil pesos! (y eso que soy fonasa)
Ser pastor es muy difícil ya que cualquier situación extraordinaria (un accidente, una enfermedad o un imprevisto cualquiera)te deja muy mal colocado económicamente, ya que por lo general vives “al día por la fe”. Ahora si te toca ser pastor y tener una enfermedad crónica o algún hijo con problemas sencillamente es virtualmente imposible en estos días.
Yo se que muchos “santulones” dirán lo de siempre “ que el pastorado no es un negocio” “que si Dios lo llamo, Dios le va a proveer” “que porque alega tanto acaso no es siervo de Dios?” Y los más insensibles dirán “que trabaje por fuera pos, el pastorado no es un trabajo de verdad” y muchas cosas que si las escribiera todas ocuparía mil publicaciones.
Es fácil criticar y hablar de los pastores, y decir “es que yo conozco uno acá que hizo esto o lo otro” “es que debe estar en pecado por eso le falta el dinero” pero lo difícil es ponerse en sus zapatos!!!
De hecho conozco a dos personas que aprovechando “las iglesias online” quisieron levantar sus propios “ministerios virtuales” y comenzaron a transmitir y predicar vía zoom o por “face”. Como era de esperarse (y a pesar de no tener contacto físico con sus “fieles”) duraron menos que un estornudo de gato! Y al final mandaron todo a la porquería (incluyendo la fe, la unción apostolica profética y mucho amorsh que decían poseer obviamente)
Ser pastor es tremendamente difícil, debe ser por eso que una de las cinco coronas mencionadas en la biblia, está reservada exclusivamente para nosotros los pastores, Dios sabe porque.
Decía anteriormente que ser pastor, según muchos expertos es el trabajo más difícil o uno de los más difíciles del mundo porque debes tener un alto grado de tolerancia a cosas como la humillación, el desprecio, la calumnia injustificada, el abandono, la deslealtad, la ingratitud, el abandono financiero de tus fieles entre muchas otras cosas que harían desistir a cualquier otro mortal. A su vez un pastor (uno de verdad obviamente) debe poseer atributos que en ningún otro trabajo te exigen tales como: castidad, pureza, misericordia por el necesitado, capacidad ilimitada de perdonar, visión, pro actividad, fe ilimitada, simpatía a toda prueba, salud de acero, hijos perfectos, una esposa brillante, y como si fuera poco tener la capacidad de no ponerse triste cuando no puede pagar sus cuentas básicas, o para alguna emergencia médica o simplemente cuando en ocasiones no puedas comprarte siquiera un bendito helado a tus hijos!!!
(Ah y no olvidemos lo de nunca enojarse ni desanimarse por nada ni con nadie y de hacer mil cosas y muy pocas veces te lo agradezcan)
Se que a estas alturas no faltará el otro o la otra santulona que dirá “bueno pos ese es el precio de su llamado pues” (y un montón de espiritualidades más que el o ella no tocan ni con un dedo)
En fin, Yo solo escribo estas líneas para hacerles ver (a los que tengan un corazón de carne al menos) lo tremendamente difícil que es ser un pastor... y si logro conmover a uno (o una) que sea, estaré más que pagado.
Si tú tienes un corazón humano de carne y sangre no te olvides de tu pastor, recuerda que para el también fue duro todo esto que vivimos y aún muchos no pueden salir de esta situación mundial. Toma tiempo para reflexionar y devolver tu ayuda al ministerio, deja de excusarte y mirar para el lado, Dios te está hablando a ti!
Sé espíritual sin dejar de ser humano también!
Considera el trabajo de tu pastor e imita su fe!!! Dijo el gran apóstol Pablo.
Si tú pastor trabaja al cien por ciento por ti, por el ministerio donde te congregas, y por ello no puede ser contratado por otra empresa es un acto de inmisericordia abandonarlo a su suerte!
Un día no muy lejano daremos una estrecha cuenta de lo que hayamos hecho en esta tierra, y creo que actos de abandono y de falta de provisión para nuestros pastores será uno de los pecados más vergonzosos ese día.
Recuerda en algún lugar hay un pastor llorando, aunque es súper difícil hallar uno llorando... porque un pastor verdadero nunca llora en público, si no que derrama sus lágrimas en privado delante del que lo llamó...
No llora en público, pero llora al fin y al cabo.
(Y ahora tú lo sabes)
Con afecto...
Un pastor de Renca city.