domingo, 18 de abril de 2021

 Muchos hablan de que después de todo esto habrá un nuevo despertar y un nuevo avivamiento de la Iglesia de Cristo en el mundo, una especie de nueva “edad dorada del evangelio y las misiones”.


De verdad yo quisiera eso también y lo digo con toda honestidad.


Pero el panorama bíblico profético no es muy alentador al respecto, es más, es muy desolador y tremendamente diferente. 


El Señor nos mostró cómo sería su iglesia a lo largo de la historia a través de los mensajes dados a la siete iglesias de Apocalipsis 2 y 3, dejando para el último a la iglesia de LAODICEA. 

Esta última iglesia representa sin lugar a dudas a nuestra actual iglesia en el mundo. Al leer los versículos del capítulo 3 de Apocalipsis versículos 14 al 22 nos damos cuenta de la gravedad del estado de la iglesia antes del retorno de nuestro amado Señor. Ahí podemos ver con claridad diáfana como Dios (y no nosotros ni nuestras buenas intenciones) ve el alma de su última iglesia, y la ve pobre espiritualmente, miserable, desnuda y huérfana... lo peor la ve TIBIA sin pasión sin valor y absolutamente cobarde. 

Es cosa de que lean los versículos:


14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!

16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.


Tremendo!

Dios nos ayude, pero esta es la verdad y nada más que la verdad!


La venida del Señor está a las puertas, no falta nada más por cumplir.


Tenga el Señor misericordia de su iglesia y por ende de todos nosotros.


Para finalizar les dejo esta cita bíblica en los labios del propio Señor:


23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:

24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

                               Lucas 13:23-24


Con cariño y firmeza 

José Luis Ríos Recabarren 

Pastor y maestro ICF



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